jueves, 4 de septiembre de 2014

Fallecimiento del profesor D. Guillermo Montes Cala, Catedrático de Filología Griega de la Universidad de Cádiz

Con profundo pesar tenemos que comunicar el repentino fallecimiento de nuestro colega y amigo Guillermo Montes Cala, Catedrático de Filología Griega de la UCA, director del Depto. de Filología Clásica y vicepresidente de la Delegación de la SEEC de Cádiz. Desde aquí queremos expresar a su mujer Mari Paz, a sus compañeros de Departamento y a sus familiares y amigos nuestras más sinceras condolencias por su pérdida. A continuación reproducimos íntegramente un texto In memoriam que ha redactado su colega y amigo D. José María Maestre: 




LLORANDO LA PÉRDIDA IRREPARABLE 
DE JOSÉ GUILLERMO MONTES CALA…

Las injustas Parcas sienten envidia de los mejores hombres y nos los arrebatan muchas veces antes de tiempo y en lo más alto de sus carreras… Y ese es el caso de lo que por desgracia acaban de hacer con nuestro querido amigo y colega José Guillermo Montes Cala, Catedrático de Filología Griega de la Universidad de Cádiz.

Guillermo, como le llamábamos todos los amigos, nació en Cádiz en 1960, realizó aquí todos sus estudios, incluidos los dos primeros años de la carrera, aunque terminó su licenciatura en Filología Clásica en la Universidad de Sevilla en 1982 con el número uno de su promoción y un magnífico expediente académico. En esa misma universidad realizó su tesis de licenciatura y su tesis doctoral, bajo la dirección del Dr. Máximo Brioso, Catedrático de Filología Griega, en 1983 y 1987, respectivamente.
Tras un año como Profesor Ayudante en la Universidad de Sevilla, su vida académica se fusionó desde el 1 de octubre de 1983 con la Universidad de Cádiz. En ella ganaría la plaza de Profesor Titular de Universidad  en 1989 y la de Catedrático de Universidad en 2010.
Actualmente ocupaba el cargo de Director del Departamento de Filología Clásica de la UCA, en cuya especialidad ha jugado un papel de la máxima    importancia desde su creación en el curso 1987-1988. De hecho es del todo imposible concebir la implantación y posterior desarrollo de esos estudios en Cádiz sin la valiosa colaboración de Guillermo.
En el plano de la investigación Guillermo era un consumado y brillante especialista en poesía griega de las épocas helenística e imperial, en poesía griega anterior al helenismo, en tradición clásica y en la literatura neogriega. En la mente de todos quedarán para siempre su espléndida edición, traducción y estudio de la Hécale de Calímaco, sus magníficos trabajos sobre Teócrito, Trifiodoro, Plutarco… sus inigualables estudios sobre Miguel Jerónimo Ledesma o sobre Fernando de Herrera… o sus bellas traducciones de Hero y Leandro de Museo o del Autorretrato en lenguaje oral de Odysseas Elytis.
Pero su valía científica fue más allá de sus innumerables trabajos. Guillermo formó una auténtica escuela en la UCA en todo ese tipo de estudios, escuela con tan espléndidos discípulos como don Rafael Gallé Cejudo, don Manuel Sánchez Ortiz Landaluce, o don Tomás Silva Sánchez.
Y no sólo eso. Guillermo contribuyó a la creación de la Delegación Gaditana de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, en cuyo seno era en estos momentos y fue durante muchos años Vicepresidente, codirigiendo y participando en todas sus innumerables actividades científicas.
El reconocimiento externo de la trayectoria científica y académica de Guillermo no podía haber sido mejor: además de contar con cuatro sexenios de investigación, de haber dirigido importantes proyectos de investigación nacionales, de haber impartido conferencias en numerosas universidades españolas y extranjeras, en estos momentos formaba parte de la Comisión Nacional de Acreditación de Catedráticos de Universidad de la ANECA.
Pero por encima de todo Guillermo era una magnífica persona, un amigo cabal y divertido, con ese fino ingenio natural de los gaditanos…. Y a su lado –hasta el último momento- María de la Paz, una magnífica mujer hecha a la medida de ese gran hombre que las injustas Parcas nos acaban de arrebatar cuando todavía contaba cincuenta y tres años…
A quien esta nota necrológica escribe se le ha ido una parte de su alma, un amigo de verdad, un amigo de esos que solo se cuentan con los dedos de una mano… Y en el inmenso dolor interno que siente sólo le reconforta haber disfrutado de su amistad desde que lo conoció en 1984.
Ese mismo sentimiento será el único consuelo que nos quedará, querido Guillermo, a todos en tu ausencia. Descansa en paz.
  
José María Maestre Maestre,
Catedrático de Filología Latina de la UCA